La elección tiene en estos momentos el discurso de mayor rentabilidad popular. Convence y otorga votos. La desmedida corrupción en los aparatos burocráticos estatales y municipales.
Viernes 11 de junio de 2021.
El elector por fortuna dedicó tiempo para razonar qué candidato le merecería su voto para gobernar. La corrupción ocupó el mejor nivel para decidir. Quizá hubo por ahí algún candidato con ligas de honestidad, pero el partido que lo postuló fue la causa que decretó el rechazo popular.
El pueblo tiene memoria, si vemos en retrospectiva los últimos cincuenta años, sería lo mismo si nos vamos más atrás, sobran testimonios de los muchos que se han enriquecido ocupando cargos en el gobierno o dedicándose a actividades políticas. Se cuentan con los dedos de la mano los que han sido encarcelados.
Nadie se ha ocupado por hacer investigaciones al patrimonio de quien la gente señala que nació en cuna humilde y que al entrar al gobierno se convirtió en millonario. Los patrimonios de muchos no han sido investigados aun cuando en las áreas de inteligencia del gobierno federal se tienen las fichas donde se registran nombres y enriquecimientos inexplicables. Señorones intocables.
El elector con toda razón señala que ya basta que la corrupción siga dominando en el gobierno y que los burócratas de nivel sigan saqueando las finanzas públicas.
Ha manera de consuelo, hoy se escucha en el dicho popular, que cuando menos ahora el viejo recibe beneficios económicos y el joven obtiene becas para estudiar, lo que antes no sucedía porque los prianistas por sus ambiciones rapiñezcas no lo dejaban llegar.
El discurso más rentable desde el 2018, es el de la corrupción. El gobierno tiene que ser más responsable y exigir honestidad y transparencia en el manejo de los recursos públicos y que el servidor público perciba el salario en su honrosa medianía.
La corrupción es un tema que no se ha ido. Los burócratas de nivel siguen desviando recursos públicos en su beneficio personal. Hay patrimonios que tienen que ser investigados. Pero no se hace por complicidades políticas.
El ciudadano de salario reprocha constantemente los desfalcos de la burocracia y no se castigan. Si se investigara de verdad, desde el gobernador que se va, hasta el jefe de departamento que también se va, veríamos que no habría nuevos millonarios en nuestro vecindario.
¿De que han servido las contralorías estatales o municipales?, dicen que revisan y no encuentran nada. Son aparatos burocráticos costosos e inservibles. Se han convertido en los encargados de justificar y dar legalidad a los desvíos criminales de los recursos públicos.
Ahí está por ejemplo el extesorero estatal envuelto en procesos penales por adeudos millonarios al patrimonio estatal y la fiscalía propone exonerarlo de culpa pagando dos millones de pesos. Ese es el cinismo que tiene harta a la población y a través del voto quiere poner remedio a tan nefasta corrupción.
Los que tomarán el poder, no traicionen a los que en ustedes confió. El ciudadano quiere castigo para quien se haya atiborrado con el dinero del pueblo. Demanda castigo para el corrupto. El inconveniente, es que se hace mucho ruido a través del discurso que ha mediatizado la acción del gobierno. Se dijo castigo ejemplar al saqueador del erario y
hasta la fecha seguimos esperando que la camarilla Peña Nieto y compañía respondan al pueblo por lo que se llevaron y que no han regresado.
¿Sistema anticorrupción? Que se ponga a trabajar. Mucho trabajo tiene para resolver la corrupción. Como expectativa, seguro estoy, hará suya el Maestro Rocha. Le reconozco valores, es un hombre de izquierda desde sus orígenes. Que lo quieran cuestionar que colaboró con priistas, también soy un convencido que las convicciones arraigadas no desaparecen por esos encuentros.
¿Usted qué opina?