Dice el Gobernador que se irá tranquilo al concluir su mandato. ¿Será?
Se iría dejando un Estado sacudido por la violencia en el que la estadística criminal subió de manera escandalosa. El feminicidio ha sido un azote que continuamente cimbra a las familias que padecen esos hechos. Muy pocos son los que se han esclarecido y los culpables siguen libres.
Se va dejando un Instituto de Pensiones en la quiebra, nada hizo por restituirle los fondos desviados con el dinero de los trabajadores. Los responsables libres y sin procedimientos en su contra. Solapó el desvió al grado de proponer nefastos acuerdos reparatorios en cantidades irrisorias para liberar a los culpables del desfalco cometido.
No puede irse tranquilo cuando las muertes con motivo de la pandemia enlutaron a miles de familias y muchos más tuvieron que enfrentar con sus propios medios la atención médica, hospitalaria los y los medicamentos demasiados caros sin que las familias recibieran la ayuda prometida.
No puede irse tranquilo cuando solapó a los responsables de la quiebra de las finanzas estatales por los cuantiosos desvíos de quienes lo precedieron en el gobierno del Estado.
Deja instituciones policiales desabastecidas y militarizadas. La seguridad pública enfrento el peor de los retrocesos ante el cúmulo de hechos delictivos que afectaron terriblemente el patrimonio familiar y empresarial. Deja un sabor amargo en el ánimo de los sinaloenses con el inolvidable culiacanazo.
No puede irse tranquilo cuando los niveles de impunidad delictiva se incrementaron al grado de ser exhibidos a nivel nacional de que por cada cien delitos que se cometen en el Estado, solo se aclara el uno por ciento.
Tampoco puede irse tranquilo cunado no se preocupó en implementar ningún programa que previniera la desaparición forzada de personas. Un hecho que sigue afectando marcadamente la seguridad de muchos ante la incertidumbre de sufrir esas desgracias.
No puede irse tranquilo cuando no se tuvo la sensibilidad de atender a las familias de personas desaparecidas que con sus propios medios se dieron a la tarea de investigar para conocer el paradero de sus familiares cuando era y es una obligación de las autoridades de procuración de justicia.
No podrá irse tranquilo cuando la oficina de transparencia del gobierno del Estado deberá realizar una investigación exhaustiva para saber las condiciones patrimoniales de sus últimos diez años con motivo de su desempeño como servidor público. La corrupción, deberá ser castigada sin excepción de personajes.
No podrá irse tranquilo cuando ha sido anunciado que será propuesto para ocupar la embajada de España, mandándolo lejos de presencias perniciosas para dar oportunidad de llevar a cabo las investigaciones relacionadas con el comportamiento patrimonial de sus empresas.
Deberán ser las autoridades encargadas de combatir la corrupción las que lo podrán exonerar. No basta el dicho personal de que se va tranquilo cuando es mucho lo que queda por revisar.
No podrá irse tranquilo, cuando deja facturas políticas pendientes. Demasiados errores en su afán de ver derrotado al ahora Gobernador electo Rubén Rocha Moya. ¿Conclusión tranquila o riesgo de castigo?
¿Usted qué opina?