De nuevo la estrategia de seguridad para prevenir el uso de armas de fuego en los festejos del arribo del nuevo año, fue decepcionante y una autoridad rebasada por los pistoleros dedos rápidos.
ENERO 2 DE 2024
El Culiacán, se escucharon disparos por los cuatro puntos cardinales de la ciudad. Las autoridades dicen que fueron cuetes y no balazos. Los hechos nos dicen que fue de nuevo el uso desmedido de armas de fuego como instrumentos de diversión de los amantes de las armas.
Las autoridades estatales y municipales se esconden y no dan la cara a los medios de comunicación para informar los resultados de una velada de despido del año 2023 y el arribo del 2024.
Se han entretenido demasiado porque les resulta complicado maquillar, como acostumbran, las cifras estadísticas y no causar reacciones sociales ante la evidente y decepcionante ineptitud de las autoridades para prevenir esos hechos.
Reprobable resulta, además, la ineficacia policial en la prevención de conductas antisociales que, así como no se evitó que hubiese disparos en abundancia con armas de fuego, tampoco fue posible que en la ciudad de Culiacán evitaran la destrucción por disparos de arma de fuego alrededor de cincuenta cámaras de videovigilancia por la misma libertad de que gozaron los delincuentes.
Pero no solo fue el uso sin control de armas de fuego, sino que tampoco se evitó que en el estado se hayan consumado diversos homicidios, robos de autos, y la denuncia de tres personas privadas de su libertad en Mazatlán, sin que se conozca su paradero. Sin embargo, sería importante que las autoridades dieran un informe objetivo y real de lo sucedido en este cierre de año, pero como no encuentran como maquillar las cifras prefieren entretenerlo para dar estadísticas engañosas.
La inseguridad sigue siendo el talón de Aquiles del gobierno. Es incuestionable que los abrazos y no los balazos no ha sido la mejor decisión tomada por el gobierno federal y replicado en todos los estados.
Las reuniones de los Gobernadores en las Comandancias Militares solo son para saludarse, tomar café, echar la platicada y hacer como que se toman decisiones de cómo combatir la inseguridad, pero todo queda en eso, en estrategias de papel.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública Sinaloa, debería ser quien informe de los resultados relacionados con hechos delictivos que se cometieron solo en la fecha del 31 de diciembre del 2023 y también cual fue la eficiencia del gobierno en materia de seguridad pública y combate a la impunidad durante ese mismo año.
Un gobierno sin estrategia en el combate a la inseguridad es un gobierno fallido en la forma de gobernar. La inseguridad sigue siendo la asignatura cruel que no ha sido atendida presumiblemente por las complicidades gubernamentales con algunos miembros de la delincuencia organizada. La solución debe partir del mismo gobierno, pero si está infiltrado difícilmente podrá restituirse la paz y la tranquilidad que desde hace mucho se viene demandando.
Dejen de perder el tiempo en la fabricación de delitos y procesos penales contra el Rector Jesús Madueña Molina y otras autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa, mismos que la sociedad los reprueba porque se dio cuenta de la perversa complicidad entre las autoridades del gobierno para no responder al reclamo social de combatir a los verdaderos criminales que mucho dañan la imagen de Sinaloa y de los sinaloenses.
La defensa de la autonomía universitaria y el rechazo a la Ley de Educación Superior de Sinaloa, violatoria de la autonomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa, muy pronto se recibirán las resoluciones de los tribunales de amparo que declaren la inconstitucionalidad de esa perversa Ley y el retorno del Rector Jesús Madueña Molina a la titularidad de la Rectoría de donde burda e ilegalmente fuera separado del cargo por instrucciones del Ejecutivo Estatal a la Fiscalía y al Poder Judicial del Estado. Los tiempos se acortan.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
¿Usted qué opina?
