Biden también planea nuevas medidas para responsabilizar a los traficantes de armas de fuego deshonestos por violar las leyes federales.
El presidente Joe Biden anunció nuevas medidas para frenar una creciente ola nacional de crímenes violentos, declarando que el gobierno federal está “enfrentándose a los malos actores que están haciendo cosas malas a nuestras comunidades”.
Pero persisten interrogantes sobre la eficacia de esas acciones en el que podría ser un verano turbulento.
Los índices de criminalidad han aumentado luego de haber caído significativamente en los primeros meses de la pandemia de coronavirus, y están creando dificultades económicas y ansiedad.
Las iniciativas se basarán en los decretos firmados en abril, cuando Biden pidió al Departamento de Justicia que tomara medidas contra las “armas fantasma” autoensambladas, dijeron funcionarios de su Gobierno.
“Estos mercaderes de la muerte están quebrantando la ley para obtener ganancias”, dijo Biden. “Si usted vende deliberadamente un arma de fuego a alguien que no está autorizado para tenerla, mi mensaje para usted es este: Lo encontraremos e iremos tras su licencia para vender armas. Nos aseguraremos de que no pueda vender muerte y caos en nuestras calles”.
Sin embargo, también están en juego políticas muy espinosas, y el plan de Biden muestra las pocas opciones que tiene el presidente demócrata en este tema.
Las medidas que el mandatario esbozó están dirigidas a ir tras los traficantes de armas que violan la ley federal, y a establecer fuerzas de choque en varias ciudades para ayudar a frenar el tráfico de armas.
Biden también dijo que buscaría destinar más fondos para la agencia que rastrea las armas de la nación.
Pero el resto de su nueva estrategia se reduce más que a nada a recomendaciones para las localidades asediadas.