El presidente mexicano colocó una corona de flores y montó guardia de honor frente al monumento al Benemérito de las Américas ubicado en el malecón de Acapulco, Guerrero
18 de Julio de 2021
Un 18 de julio pero de 1872, Benito Juárez García falleció en sus aposentos dentro de Palacio Nacional a causa de una angina de pecho a sus 66 años de edad.
Por esa razón, este domingo, a 149 años de su muerte, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, viajó a Guerrero para encabezar la ceremonia en razón del aniversario luctuoso del también llamado Benemérito de las Américas.
Desde ese momento, subrayó, las instituciones se consolidaron. “En el presente, la cuarta transformación de la vida pública de México ha retomado la vocación que el juarismo proyectó: consolidar un Estado que esté al servicio del pueblo, como lo ha dicho en muchas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Tras recordar que en los momentos más convulsos para México defendió a la República de un embate de un imperio extranjero, indicó que “la obra de Juárez es descomunal, arrancó el dominio de un poderoso estamento clerical y devolvió ese poder al pueblo. Las leyes de reforma, en su conjunto, transformaron el sistema ideológico, material, económico, semi feudal, en una una ética laica y republicana, esta es la segunda gran transformación de nuestra historia”.
La influencia del juarismo, dijo, está en cuatro pilares sobre los que hoy se fundamenta el desarrollo de México: leyes, instituciones, pluralismo y democracia. Apuntó que el tiempo de Juárez coincide con el nacimiento del México moderno, porque fue a partir de las leyes de reformar que cristalizaron los fines de la independencia del país.
Otro de los legados del ex mandatario es un andamiaje institucional que fortalece al país frente a poderes exteriores y puso a disposición de la gente el poder del estado, indicó la Secretaria de Gobernación.
Recalcó que “tenemos la responsabilidad de reivindicar, como lo hacemos ahora desde esta cuarta transformación, la importante herencia que el legado juarista ha depositado en la conciencia mexicana, que la conducción de nuestras acciones y pensamientos se guíen con esa mirada humanista, solidaria, y justa de los principios e ideales del Benemérito de las Américas”.
Mientras que el gobernador guerrerense recordó que Juárez llegó a Acapulco en julio de 1855 luego de un exilio, para después participar en la consolidación del plan de Ayutla desde este puerto, e hizo un recuento de las condiciones adversas que tuvo que superar en su mandato.
En el evento, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ofreció un discurso en memoria de quien señaló como “uno de los próceres de la democracia mexicana”, así como el “presidente inquebrantable que defendió a la República del embate de un imperio extranjero”.
Asimismo, reconoció las labores, actuares y quehaceres que llevaron al oaxaqueño a ser reconocido, por la actual administración, como el pionero de la “segunda gran transformación” de la historia mexicana, entre las cuales destacó la Ley General de Administración de Justicia (Ley Juárez) y las Leyes de Reforma.
“La obra de Juárez es descomunal, arrancó el dominio de un poderoso estamento clerical y devolvió ese poder al pueblo (…) Esta es la segunda gran transformación de nuestra historia”, mencionó.
Finalmente, el Jefe del Ejecutivo colocó una corona de flores y montó guardia de honor a Juárez en el monumento que se levantó en su honor en el malecón de Acapulco.
A la ceremonia también acudieron Adelfo Regino Montes, director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas; Adela Román Ocampo, presidenta municipal de Acapulco de Juárez, y Consuelo Santiago García, presidenta municipal de Guelatao de Juárez, Oaxaca.