Inexplicable tibieza en Mario Zamora y Rocha en el debate de anoche
= Cuando se esperaba un agarrón de pronóstico reservado
= Apenas leves golpes entre sí. No hubo sangre, en definitiva
= Sergio Torres tuvo para los dos; pero sin consecuencias
= Y lo de siempre: todos proclamaron su victoria
Jorge Luis Telles Salazar
Quizás Rubén Rocha Moya y Mario Zamora Gastelum se sienten ya ganadores de la elección del domingo 06 de junio venidero y con esa convicción subieron ayer al ring a jugar con el score, como dicen los cronistas deportivos. Esto es: a administrar, cada uno, su aparente ventaja y a no exponerse a un golpe de nocaut, que a estas alturas de la competencia hubiese sido letal, simple y sencillamente.
Y bueno, es que no se entiende la actitud asumida por los principales contendientes a la gubernatura del Estado, en el marco del debate organizado ayer por el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa, ya el último del proceso político que se vive en nuestra entidad.
Y sí.
En efecto. Ayer, todos esperábamos, por un lado, que Rocha se trepara al cuadrilátero, con la mejor disposición de resolver las cosas de una buena vez y de que Mario, por su parte, saliera a jugarse el todo por el todo y dejar que el electorado o mejor dicho sus simpatizantes hicieran el domingo 06 la parte que les correspondiese.
Sin embargo, ni lo uno, ni lo otro. Extrañamente, campeó la sensación -sin afirmarlo- de la existencia de un acuerdo entre los dos en el sentido de respetarse en lo fundamental, para romper, ya con la elección en puerta, ese juego de denostaciones, acusaciones mutuas y hasta insultos que han distinguido al segundo y último mes de campaña y que han salpicado, incluso, hasta las fibras más sensibles de ambos candidatos, como lo son sus respectivas familias.
Hay que aclarar que si se dieron Rubén Rocha y Mario Zamora; pero solo con golpes marcados, como suele ocurrir en los combates de exhibición. Sin daños mayores, ni para una y otra causa, como si ocurrió, por ejemplo, en el debate del 23 de abril próximo pasado.
Y muy buena la observación del compañero Oswaldo Villaseñor, en la mesa de análisis posterior al evento, a través del programa Alta Voz del grupo Chávez Radio, en el sentido de que Zamora tuvo la maravillosa oportunidad de inclinar la balanza a su favor porque fue quien cerró el debate y ya ninguno de sus oponentes tenían derecho de réplica. Pudo haber sido ahí; pero Mario se limitó a un jab de izquierda y a un volado de derecha que no afectó la puntuación del combate.
Otra cosa: el que tanto Mario Zamora como Rubén Rocha hayan ignorado olímpicamente las recurrentes descalificaciones, ataques y señalamientos de Sergio Torres Félix -quien incluso ni tan siquiera contestó la pregunta que la conductora le formuló en su tiempo (de acuerdo al formato del programa) para seguir adelante con su plan de ataque – es otro elemento que le mete un ingrediente extraño al asunto.
¿Por qué tanta tibieza tanto del uno como del otro?
A lo mejor no hubo tal pacto de caballeros porque no es algo que se utilice mucho en política; pero si -volvemos a lo mismo- a lo mejor la certeza, cada quien por su lado, de que encabezan las preferencias electorales y que no valía la pena arriesgar tal situación.
¿Algo más? La inusual presentación de Mario Zamora, quien se despojó de su habitual indumentaria informal, para aparecer ante las cámaras con una impecable presentación, resultado, sin duda, de la asesoría de un grupo de expertos en imagen. Lo vistieron como gobernador, para acabar pronto.
Otro argumento más en favor de esta teoría: en el curso del día, los equipos de campaña divulgaron informaciones de encuestas y ensayos, con sus respectivos candidatos perfilados a la victoria. Del team Rocha, por ejemplo, surgió la información de Polls.mx, que le otorga al candidato de MoReNa-PAS una delantera de 24 puntos porcentuales. Del cuartel de Mario Zamora, a su vez, salió una nueva de Arias Consultores que le otorga a Zamora una preferencia electoral del 46. 6 por ciento, contra 39. 2 de Rubén Rocha Moya.
Y pues ¿Qué os parece?
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Bien.
En cuanto a los demás contendientes, Sergio Torres Félix, el candidato de Movimiento Ciudadano, salió con un bate bien tomado entre sus dos manos y se dedicó a golpear insistentemente tanto a Mario Zamora Gastelum como a Rubén Rocha Moya, a quienes llegó a calificar, incluso, como corruptos, farsantes y mentirosos.
El primero, en la trinchera del gobernador Quirino Ordaz Coppel; el segundo, en la del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Una verdadera lastima que Sergio Torres haya asumido tal actitud y dejado de lado las propuestas que la ciudadanía quería escuchar.
Sergio, insistimos, ni tan siquiera dio respuesta al cuestionamiento que se le planteó a título personal y si presentó compromisos estos fueron los mismos de toda la campaña. Nada nuevo bajo el sol.
Lo peor del asunto y lo que seguramente encabronó más a Sergio fue que no lo pelaron, para nada, ni Rocha ni Zamora. Y esto duele, sin duda.
Inclusive, Rocha Moya prestó más atención a Ricardo Arnulfo Mendoza Sauceda, posiblemente el más débil de todos los candidatos, visiblemente molesto por lo irónico e hiriente de sus señalamientos. Eso de que “este gallito quiere su maicito” no se vio bien en el candidato de la alianza MoReNa-PAS; pero en fin, así son las cosas.
Rosa Elena Millán Bueno, en lo suyo, con propuestas para la atención de la mujer, con políticas sociales, educativas y de salud. Respetuosa con todos y en todo momento.
Yolanda Yadira Cabrera, la candidata de Redes Sociales Progresistas, volvió a tomar a Rubén Rocha como su objetivo y le pegó duro, con copia para Héctor Melesio Cuen Ojeda. Una situación personal muy evidente.
Missael Sánchez, el candidato del Partido Verde Ecologista Mexicano, si estuvo; pero completamente perdido. Y bueno, con solo una semana como candidato no podía pedírsele mucho.
Y la que, de plano, no estuvo, fue Gloria González, del Partido del Trabajo, bajo sospecha de una infección por Covid.
Así se nos fue el último debate de la competencia política electoral y ahora el escenario queda listo para la gran jornada del domingo 06 de junio por llegar. Ese día tendrá lugar la encuesta verdadera: la que determinará quien será el próximo gobernador de nuestro Estado.
Así de sencillo.
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Ahora que.
Tras la celebración de anoche, en la que los candidatos se proclamaron ganadores del debate -como es habitual – hoy miércoles retorna la rutina a las campañas, para entrar, de lleno, en lo que es irremediablemente la recta final.
A estas alturas, a una semana de la conclusión, las agendas se cierran y los actos, en las principales ciudades, se multiplican, en tanto se procede a los cierres de campaña en municipios y distritos electorales locales, en la búsqueda de nuevas adhesiones y de votos que influyan en los resultados de la jornada electoral.
Lo mantendremos informado.
Por ahora, nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga.
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