CON LA VARA QUE MEDISTE ESTÁS SIENDO MEDIDO
Por: Roberto Montoya Martínez
SEPTIEMBRE 17 DE 2024
Uno de los comediantes más sobresalientes de los últimos años es franco Escamilla, que se vale del humor negro para hacer reír a la gente. En sus rutinas acostumbra o acostumbraba hacer mofa de la gente gorda, particularmente quinceañeras, diciendo las cosas más crueles en sus rutinas cómicas.
Pero esta vez, la broma fue para él, ya que el público le restregó en la cara todos los escarnios y pitorreos hacia la gente ebúrnea, pues la familia del artista dista de ser esbelta. A mi compa se la aplicaron. El último en reír, ríe mejor. Solo que a Franco le tocó llorar, él que siempre reía. Échense este trompo al’ uña.
Hace pocos días la hija del standupero cumplió 15 años. Lo que se supone iba a ser un día de fiesta terminó en una andanada de insultos, reproches y burlas para Franco y su nena.
El tribunal del santo Oficio de las redes sociales, no perdió ocasión para funar al artista, que con sorna hacía referencia a las quinceañeras curvy.
El respetable le perdió el respeto echándole en cara sus propios chistes, pero ahora volcados hacia su hija, quien lamentó que le echaran a perder la fiesta con las recriminaciones que recibió su célebre padre. Gabriela Salazar, esposa del cómico no pudo más callar, y pregunta a los haters porqué tanta saña hacia su hija, que solo quería tener una noche feliz.
La quinceañera tuvo que ser hospitalizada, producto de la crisis nerviosa propiciada por le linchamiento mediático del cual es víctima Franco.
La señora Salazar se convirtió en objeto de lo que criticaba, lanzando un discurso lleno de rencor en defensa de su hija. Al notar que equivoco la forma ofreció disculpas, pero no olvidará en mucho tiempo la vapuleada virtual que recibió su hija, y todo gracias al humor sano de su esposo.
Con la vara que mediste, estás siendo medido. Franco Escamilla se burlaba en sus rutinas de las quinceañeras ebúrneas. Nunca imaginó que sus charras se volcarían en su contra.
A pesar de su juventud, tiene la escuela vieja del humorismo, cosa que no le sienta bien a las nuevas generaciones. Maneja un estilo parecido al de Oscar Burgos y Adrián Marcelo.
El comediante no cayó en cuenta que ya no rifa el humorismo ofensivo e insultante. Ahora tendrá que amenizar fiestas infantiles, a menos que quiera que lo sigan funando. No es de sorprenderse que hagan un episodio de LA RONCHA DE GUADALUPE con esta temática, ya que estos batos no respetan a nadie. Ni modo Franco. El que al cielo escupe, en la cara le ha de caer.