PENSANDO LA REALIDAD: IMAGEN QUE LASTIMA


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IMAGEN QUE LASTIMA

Por Javier Salazar Rodríguez

Cuando todavía no se declaraba que, deberíamos trabajar en línea los docentes y los alumnos, esto aquí, en la capital sinaloense, me tocó estar en el centro de la ciudad, eran las 8 menos unos minutos, miré algo que, verdaderamente me conmovió.

Ahorita les pongo en contexto. Era una pareja de esposos, con un pequeñín, de apenas meses de nacido, estaban muy cerca de la esquina que hacen las calles Domingo Rubí y Antonio Rosales, yo venía subiendo desde la Rafael Buelna y noté, desde que los vi, que estaban bien preocupados. Sin querer ser chismoso, pero si observador, me di cuenta que, se deberían de despedir desde ese lugar; la señora le pasó a su esposo al niño, que apenas si se notaba que ya estaba en los otros brazos, porque se fundieron los tres en un solo abrazo que hasta se me erizó la piel al verlos.

Las edades de los jóvenes padres de familia, que se notaban muy preocupados, porque de ese lugar se separarían, eran de aproximadamente 20 ó 22 años, como máximo, o sea, muy jóvenes, y el pequeño, que después de que se separaron los padres, se quedó en los brazos del papá, porque la señora se subió a un camión que estaba ahí, y que sólo esperaba que ella se subiera. Agotaron todo el tiempo que pudieron para estar juntos, unidos, abrazados; los vi, seguí caminando y no quise tomar evidencias hasta que estaba ya, en la otra acera de la calle Antonio Rosales, por aquello de las dudas, sólo una foto tomé, ya cuando el papá traía al pequeño y la madre de éste ya se había subido al camión, que la llevaría, vayan ustedes a saber a dónde, pero sí, los distanciaría.

Para más tarde, se dio la noticia de que habría camiones gratuitos para toda esa gente que se quedara varada por la falta de transporte público, por eso me imagino que estos muchachos se tuvieron que sacrificar mucho para re encontrarse.

Se me pasó algo muy importante, en el momento en que se unen los dos adultos jóvenes y tienen al pequeño entre medio, la señora empieza a darle la bendición al pequeño y le hace una señal de la cruz en la frentecita, y al esposo igual, me hicieron sentir una sensación muy profunda de agradecimiento con la vida.

Así como esta familia, somos muchos los que vamos por ahí, tratando de estar bien, de hacer lo que podemos para mejorar el tipo de vida que tenemos en este momento, de aspirar a ser y vivir mejores, pero no nos dejan hacerlo. En este momento, no podemos hacer mucho, sólo tenemos que cuidarnos, sólo tenemos que cuidar de los nuestros, a los que nos encomendaron desde la divinidad, por eso, si podemos ayudar a alguien, habría que hacerlo.

Esa imagen, muy difícilmente se me habrá de borrar, espero que, a las personas de bien, les vaya bien; y los que quieran andar en problemas, que Diositos los cuide, pero no es igual.

Javier Salazar Rodríguez Miembro activo de la Asociación de Periodistas de Los Mochis APELMO

Director General de la Revista REDes de APELMO


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