Carlos Ramírez, expresidente de la Consar, advierte que en el contexto electoral de 2024, los legisladores pueden aprobar el proyecto a pesar de las implicaciones para las finanzas públicas
ENERO 27 DE 2024
Ante la sensibilidad política y social que representa el tema de pensiones para los mexicanos, el Congreso de la Unión puede verse en la disyuntiva de aprobar el proyecto de reforma en materia de pensiones y jubilaciones que ha anunciado el presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar de las implicaciones fiscales desfavorables que pudiera tener.
Carlos Ramírez Fuentes, consultor de riesgo político de Integralia Consultores, advierte que la presentación del proyecto en materia de pensiones, junto con otras reformas constitucionales que pretende impulsar López Obrador, tiene como trasfondo las elecciones federales de junio próximo, cuando se renovarán la Presidencia de la República y otros cargos de elección popular.
En esta lógica, el gobierno federal puede promover la idea de que sí es viable la reforma de pensiones, pero que si no prospera, será responsabilidad de los legisladores que no quisieron aprobarla, sobre todo los de oposición, por lo que ellos deberán cargar el costo político.
“El gran riesgo es que por las elecciones vendan la idea de que sí se puede, que hagan una promesa sobre algo que es impagable” pero que sí generará expectativas entre la clase trabajadora, comentó Carlos Ramírez, en entrevista de televisión.
De momento no se conocen los detalles de la propuesta de reforma de pensiones, pero López Obrador ha dicho que no se cancelarán las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (Afore), que no se expropiarán los ahorros y que no aumentarán las aportaciones de patrones ni de los trabajadores.
Las únicas pistas que ha dado el mandatario consisten en que se procurará que el trabajador se retire con una pensión equivalente a 100% de su último sueldo, para lo cual puede contribuir el gobierno con una aportación financiera.
López Obrador ha dicho que su equipo de trabajo hace cálculos sobre las cantidades de recursos que pudieran necesitarse, pero no dado mayores elementos.
Si bien es loable la aspiración de mejorar el monto de las pensiones por jubilación, lo importante es garantizar que las fuentes de financiamiento sean sustentables; sin embargo, una eventual participación del gobierno no es viable, ante las presiones que enfrentarán las finanzas públicas.
“El gobierno ya gasta 2 billones de pesos en las pensiones actuales y no tiene dinero, es un equivalente a la cuarta parte del presupuesto público; ya colocó deuda y buena parte de la deuda se usa para pagar pensiones”, destacó Carlos Ramírez, quien fue presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
La pregunta lógica es de dónde pensará el gobierno mexicano que puede obtener mayores recursos económicos para pagar pensiones y ahí es donde no se encuentra una respuesta claramente identificable.
El experto recordó que la administración de López Obrador ya hizo una reforma de pensiones en 2020, que entró en vigor en 2021, la cual estableció un tope a las comisiones de las Afore y ordenó un aumento gradual de las cuotas de aportación hasta alcanzar 15% del salario en 2030, con mayor cargo para la aportación patronal.
“La reforma de 2020 fortaleció a las Afore, al sistema de pensiones que tenemos, a través de mayor ahorro en las cuentas de los trabajadores, por lo que se van a pensionar con 60% de su sueldo”, destacó Carlos Ramírez.
Sin embargo, López Obrador retomó el tema de las pensiones por jubilación con el anuncio de su iniciativa de reforma, lo que levanta sospechas de que tenga más intenciones políticas.
Los legisladores van a recibir el proyecto el 5 de febrero, como ha dicho el mandatario, y entonces es posible que vean el incentivo de aprobarlo para no enfrentar el castigo de los votantes en las elecciones de junio, sobre todo la oposición.
“Todo parece sugerir que tiene un criterio político-electoral, para hacer creer a la gente que sí se pueden pagar las pensiones”, pero si los legisladores rechazan la reforma, López Obrador “los acusará de no querer mejorar la pensiones y entonces ¿si la oposición dice que sí? podemos terminar con un mal resultado”, planteó Carlos Ramírez.
