América más cerca que Tigres
Por Antonio Velázquez Zárate
Lo normal, por su condición de visitante, sería señalar que el América salió vivo del volcán universitario, pero en el caso del juego de ida de la final del fútbol mexicano, fue todo lo contrario.
Lo correcto es apuntar que Tigres salió vivo de su propia casa, porque su rival tuvo las más claras oportunidades de gol, pocas si usted quiere, pero las tuvo, en cambio los felinos, simple y sencillamente esta vez no tuvieron garras al ataque, cero oportunidades de gol, salvo el anotado producto de un tiro de esquina, no por jugada bien elaborada.
Una atajada de Nahuel, a tiro de Quiñones y dos centros a los que Martin no pudo llegar a tiempo, salvaron a los regiomontanos de ir al Azteca con un marcador adverso, pero más allá de eso debe preocupar a Siboldi, no solo la falta de productividad, sino la manera de ganar la media cancha para cortarle los cables a su rival.
Tigres, está acostumbrado a que, por los costados, tanto Aquino como Angulo o Lainez, lleguen continuamente para conectar con Gignac e Ibañez, sea por la vía de un centro directo o apoyarse en Vigón o Córdoba; esta vez, sin la presencia de Quiñonez y por la presencia del Quiñonez, del América y Zendejas que llegaron por los costados, concentrados en marcarlos, pocas oportunidades tuvieron por incorporarse al ataque.
Así es que simplemente Gignac se perdió, porque no le llegaron balones a modo, tanto así que se vio obligado a dejar el eje del ataque para bajar en buscar de apoyar en el acarreo de la pelota, pero el francés ya mostró los síntomas del tiempo, por velocidad siempre fue superado.
Tigres intentó desde el arranque realizar presión alta, de entrada le funcionó porque no dejó al América, libertad alguna para salir con balón controlado, pero fue solo por unos 20 minutos, luego los de Coapa, poco a poco, fueron conectando sus cables para imponer condiciones, equilibraron la balanza y ambos equipos trataron más bien de no cometer errores que de profundizar en busca del gol, hasta que el América, en dos ocasiones, tuvo dos oportunidades muy claras y la atajada de Nauhel Guzmán.
Y lo que fue aun más raro en Tigres, cayeron en un concierto de pases equivocados, algunos de ellos cuando la entrega de la pelota fue sin presión, situación que le facilitó al América tener más la posesión de la pelota.
América pues, sabía mucho más a lo que jugaba que los Tigres, cuando se suponía que por el hecho de estar en casa y porque desde años atrás muchos de sus jugadores se conocen con los ojos cerrados, sería lo contrario o por lo menos al parejo que el rival.
La media cancha americanista con Do Santos, Fidalgo y Valdez fue mucho más efectiva, más aún con el apoyo de sus laterales sobre todo con un Layún, que estuvo en plan grande, defendiendo y atacando.
Ciertamente, el penalti, bien marcado, fue uno de los llamados imponderables, pero al mismo tiempo debemos reconocer que se dio cuando el América, estaba en pleno dominio.
Defensivamente hablando, del mismo modo, la efectividad americanista, nos parece que estuvo casi al cien, en cambio Tigres, cometió no solo pecados de marcación sino de ubicación, que no terminaron en gol por lo anteriormente señalado de los arribos tardíos de Martín, además del disparo de Valdéz, quien también tuvo una oportunidad de oro para marcar gol.
En resumen: América huela más a campeón. Tigres tendrá que recomponer muchos detalles; desde luego, no hay que descartarlos, porque los felinos han demostrado en fases finales en calidad de visita haber aprendido la lección, pero esta vez, tendrán que repasar de la A a la Z, porque el América mostró mejores argumentos para llevarse el cetro. ¿Otro empate? ¡tiempos extras y penales? El domingo se despejará la incógnita.
Nos vemos mañana.
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