A pesar del deseo de un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, la implementación de una semana laboral más corta en México encuentra obstáculos y opiniones divididas.
Mientras la idea de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas a la semana aún está en discusión en México, en los pasillos de las oficinas crece el interés por la semana laboral de cuatro días. Sí, aquel ‘experimento’ que funcionó para empresas como Microsoft en Japón y Perpetual Guardian en Nueva Zelanda.
Según el estudio, 90% de los empleados encuestados considera que sería más feliz y tendría un mejor equilibrio en su vida con una semana laboral más corta. Además, 68% cree que esto podría aumentar su productividad.
Prueba de ello es que la propia iniciativa para reducir la jornada a 40 horas aún no se resuelve. El dictamen ya fue aprobado en comisiones, pero falta que sea aprobado por el pleno de la Cámara Diputados y el Senado.
En un comunicado de prensa, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) argumentó que, en lugar de impulsar nuevas enmiendas, es esencial consolidar los cambios ya aprobados en áreas como la subcontratación, las pensiones, el salario mínimo, las vacaciones dignas y la justicia laboral. Según la organización, todas estas reformas tienen un impacto significativo en la operación de las empresas y requieren una implementación adecuada.
Coparmex señaló que la propuesta de reducir la jornada laboral no ha sido objeto de una reflexión profunda y no ha incorporado las voces e inquietudes de todos los sectores relevantes. Por lo tanto, la organización considera que esta propuesta, que ya fue aprobada en comisiones de la Cámara de Diputados, debería ser detenida, ya que podría tener efectos adversos en el mundo laboral.
Mientras algunos defienden esta medida como un avance en la búsqueda de un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, otros argumentan que podría tener implicaciones negativas para las empresas y la economía en general. Lo mismo pasaría con una semana de cuatro días.
Este debate continuará siendo un tema relevante en el panorama laboral de México, ya que diferentes actores buscan encontrar soluciones que beneficien tanto a los trabajadores como a las empresas en un contexto de cambios y reformas laborales.
¿Qué pasa con el salario?
El estudio de PageGroup también aborda la cuestión de los salarios y el poder adquisitivo. Aunque 78% de las empresas planea aumentar los salarios entre 5% y 6% el próximo año, 20% de los empleados considera que su salario no es competitivo en el mercado laboral. El 38% cree que sus responsabilidades no corresponden a su salario, y 23% dice que su salario no ha aumentado considerando la inflación.
La investigación igual muestra una brecha significativa entre empleados y empleadores en cuanto a las prioridades laborales. Mientras que 86% de los empleados valora las prestaciones como un factor esencial en su búsqueda de nuevas oportunidades laborales, solo 8% de las organizaciones planea implementar medidas adicionales para retener a sus trabajadores.
Para los colaboradores las prioridades son claras: el salario y las compensaciones, seguido del balance de vida y la flexibilidad, luego aparece en su radar el crecimiento profesional, el impacto y valor de sus actividades, la cultura organizacional, los beneficios no monetarios y los servicios gratuitos en las instalaciones.
El concepto de la buena calidad de vida es un aspecto que los empleados consideran seriamente al evaluar nuevas oportunidades laborales. La manera en que se respetan y manejan los límites es un indicador revelador en este contexto. Al respecto, 49% de los colaboradores manifiesta tener la capacidad de establecer límites claros en asuntos como responder correos o llamadas fuera del horario laboral, mientras que 42% aún lidia con ello.
Por otro lado, la experiencia de trabajo adicional sin compensación económica también revela una dinámica relevante en el entorno laboral. El 71% de los empleados ha vivido situaciones en las que han invertido tiempo extra en el trabajo sin recibir alguna remuneración.
Estos hallazgos demuestran la importancia de reconocer y equilibrar la inversión de tiempo y esfuerzo por parte de los empleados, lo que puede tener un impacto significativo en su satisfacción, compromiso y retención. El 83% de los empleados considera más importante su salud mental que su carrera profesional.
Sobresale que 52.6% de los trabajadores ha sufrido estrés laboral, mismo ha originado otras afecciones de salud. Y si bien la mayoría de los encuestados asegura que su salud está por encima de su carrera profesional, 44.5% afirma que aceptaría un ascenso incluso si esta nueva oportunidad afectara su bienestar personal.