Un poco más repuesta después de ese relato, Florid prosigue con la conversa. Anteriormente, nos platicó sobre su paso por el servicio público, donde no niega que fue “feliz”.
Cuando eso sucedió ya había contraído matrimonio. En ese inter su labor fue más modesta, dada la ausencia de reflectores, y en caso de haberlos, no la enfocaban a ella, sino a las presidentas del DIF.
Tras siete años de ausencia, vuelve a hacer lo que más le gusta, estar en los medios masivos. Previo a esto, incursionó en las redes, a manera de entrenamiento. Dejemos que ella nos platique de su resurgimiento.
REFLEXIONES EN PLENA PANDEMIA
“Esta inquietud surgió en plena pandemia. Particularmente en los primeros cuatro meses de esta crisis de salud, donde todos, absolutamente todos nos mantuvimos encerrados en nuestras casas.
Bueno, algunos sí tenían que salir por la naturaleza de sus empleos. En lo que a mí respecta, me quedé encerrada totalmente en mi casa durante ese inter, en el cual tuve mucho tiempo para meditar y reflexionar.
Generalmente en mi vida cotidiana voy de arriba para abajo, ando de la seca a la meca sin parar, pero la crisis del Covid me puso un alto, estuve en cautiverio por cuatro meses.
Yo me puse a analizar sobre mi pasado reciente, y llegué a concluir que me perdí del proyecto, que me salí del rumbo, que no estaba haciendo lo que en realidad me apasionaba, que gracias a ello perdí ese brillo en mis ojos, porque se nota en el semblante cuando haces algo con pasión con entrega.
No quiero decir que me invadió la amargura, pero tampoco estaba del todo feliz. Entonces me puse en perspectiva y renació en mí el deseo de volver a los medios, de pisar un foro de TV, de estar ante una cámara, incluso, de hacer carrera en medios en otro estado o inclusive fuera del país.
Porque una cosa si te digo, hay que pensar en grande, nada de cosas de segunda categoría. Al reflexionar al respecto, caí en cuenta que perdí la brújula, di al traste con mi plan de vida que era estar ante una cámara y un micrófono. Dejé lo que más amaba. Junté todas mis fuerzas, traté de no llorar, pues gracias al confinamiento comprendí que no todo estaba perdido”.
FLORID EN REDES
“Así que hice acopio de mi teléfono, mis redes sociales como escenario y empecé a compartir reflexiones y pedazos de mi vida con mi comunidad virtual. Tras siete años de ausencia regresé creando contenido por medio de mis redes, realicé entrevistas virtuales, porque no había de otra, compartí reflexiones, en fin, volví a sentir esa adrenalina que corre por mi cuerpo. Un viejo amigo me sugirió –Métele más producción, haz vistosos tus clips- atendí su consejo.
Creamos la imagen de mi blog, por así decirlo, realizamos un plan de trabajo. Ese despertar de volver a los medios que empezó en plataformas digitales, hizo renacer en mí el deseo de regresar a la televisión”.
DE VUELTA A LA TELE
“No es la misma crear contenidos en tu celular y apoyándote con la paquetería adecuada que estar en un set de televisión, con el respaldo de toda una infraestructura y con proyección masiva.
Ahí me pregunté -¿Dónde quieres estar? Defínete- Como dicen que las palabras son decretos, pensé que Televisa Sinaloa era el marco perfecto para volver a la pantalla chica, retomando mis raíces como noticierista. Ahí me dije -¿Cómo le hago?- máxime si estuve desconectada de los medios de comunicación durante siete años.
Mi amigo me dijo –Échales el grito, pide una oportunidad- y le hice caso. Como cité anteriormente, los empleos que he tenido siempre me los he conseguido sin palancas ni padrinos. Aunque debo hacerte una confesión sincera, me costó trabajo, pero la necesidad hace que te despojes de eso que llaman vergüenza y me aventé al ruedo. Tomé el teléfono, llamé, pedí que me hicieran una prueba, y curiosamente, andaban haciendo pruebas para una vacante de noticierista para el primer turno, por cierto, el más difícil en medios.
Para mí, las coincidencias no existen. Más que casualidad, fue una causalidad el haber entrado a la televisión. Todo llega en su momento, y como lo imaginé, mi momento de brillar de nuevo había llegado.
Tan alejada estaba de los medios que ni por asomo me hubiera enterado que en el canal necesitaban a alguien. Al día siguiente fui a la televisora a hacer mi prueba, y al momento de sentarme en la silla del set de noticias, sentir el calor de los reflectores, la cámara enfocando mi faz, me hice esta pregunta -¿Por qué te marchaste? ¿Qué necesidad había de hacerlo?-
Bien es cierto que quería tiempo y espacio para mí y mi gente, pero como todo en la vida, siempre hay el modo.
Tras finalizar mi prueba me dije- Si quedo o no, si me llaman o no, me da igual, al menos por unos minutos fui feliz en mi mundo, en mi ambiente- Cobré conciencia de que nací para esto, que si no me daban quebrada en Televisa, sobran espacios para poder hacer televisión. Un pavorreal se quedaba chiquito a mi lado, me sentí soñada, realizada, contenta.
Poco tiempo después me mandan llamar y me dicen -¿Aún te interesa la vacante?- Lo cual lo tomé como un sí por parte de la empresa, y ni tarda ni perezosa fui al canal a seguir con la tramitología de rigor y la firma del contrato.
Nunca me imaginé que después de siete años de estar encerrada en una oficina como servidora pública, tuviera yo un regreso triunfal, como si hubiera hecho una gira mundial. ¡No lo podía creer! Y curiosamente volví al punto de partida, al sitio donde yo me quedé, el área de noticias.
Sentí revolotear mariposas en el estómago, ni cuando me puse de novia con mi marido me volví a sentir de esa manera. A partir de ese momento me puse las pilas, pues hacer la primer guardia de noticias es una responsabilidad enorme.
Hubo que cambiar de hábitos, meterme en la dinámica, inmiscuirme de nuevo en el ámbito informativo, El día cero llegó, hice mi primer programa, los nervios a flor de piel, y no hubiera podido salir avante sin el apoyo y el auxilio de Eneida Palazuelos, jefa de información de la televisora, y Juan Pablo Pérez Díaz, que literalmente me dio la patadita de la buena suerte.
Ambos me auxiliaron, me brindaron soporte, seguridad, y sobre todo, que me sintiera cómoda, pues como cité anteriormente, estaba desencanchada y tenía que hacerme de un lugar ante el público. La ayuda de ambos es invaluable, no tengo con que pagarles por todo el bien que me hicieron”.
USTEDES TRANQUILOS, YO NERVIOSA
“No solo mi esposo me apoyó, de hecho, él me conoció siendo artista. Mi mamá, mi suegra, mis amigos, todos forman parte de mi universo. Siempre han estado conmigo, y ahora más que nunca que regresé a la tele después de un buen ratote.
Partiendo de que tengo que levantarme a las 4:30 a.m. todos los días, no solo me sentí arropada por los míos, también hubo gente castrosa que me tiró la mala leche. Argumentos como –No la vas a hacer- -¿para qué dejaste la oficina?- -Estás cometiendo suicidio- En relación a esa última frase, el estar en una oficina gubernamental fue una especie de suicidio lento, pero con mi regreso a la televisión renací.
¿Qué cómo le iba a hacer para cumplir como comunicadora y como mujer de mi casa? Esa era mi bronca. Había que empatar tiempos, mi marido también trabaja, pues hoy en día el peso de una casa no puede llevarlo por completo el hombre, ni tampoco la mujer, y las niñas demandan atención, máxime si ambas no llegan a los 10 años.
Nos tuvimos que organizar. Porque volver a los medios para luego tocar retirada por la familia, no señor. Lo que es para ti, aunque te quites, y lo que no es para ti, aunque te pongas. Y el hacer televisión, si es para mí. Por eso regresé”.
EL TEATRO, UNA GRAN ESCUELA
“Lo que pocos saben es que empecé en estos menesteres como actriz. Me gusta mucho el teatro, he de ahí que adquirí la disciplina y mi elevado sentido de responsabilidad ante un escenario. Las tablas de un teatro te forjan el carácter y te hace más comprometido”.
Justo cuando estaba por platicarnos acerca de su regreso a la radio, recibe una llamada importante, y dejó caer un papel que decía –Mi amor, no te olvides de recoger mi traje a la tintorería…- eso no nos interesa. En nuestra próxima entrega, Florid nos dirá como fue su reencuentro con los micrófonos radiofónicos, como parte de esta historia que debe contarse.