Muchos años han pasado desde sus orígenes en 1969 y el sindicato de trabajadores al servicio del estado, sumido en penumbras. La luz que lo iluminó parece que se apagó.
Lunes 21 de marzo de 2022.
La subordinación de la organización de trabajadores al poder estatal, no le ha permitido consolidarse como organización y como gremio autónomo creado para la defensa y el mejoramiento de los derechos de los trabajadores.
Viendo en retrospectiva, fueron muchas las movilizaciones contra el gobierno patronal, para lograr mejores prestaciones laborales y ganarnos el respeto de la base trabajadora en la búsqueda de beneficios individuales y colectivos en aras de dignificar las condiciones en que se encontraban los trabajadores.
Hubo amenazas de cese contra dirigentes sindicales y trabajadores que asumieron con dignidad su papel en la defensa de sus representados. Se presionaba para que se depusiera, según el estado, la actitud beligerante con marchas y suspensiones laborales. No había temor, las decisiones se sostenían y finalmente se resolvían con el Gobernador en turno en la Casa de Gobierno.
Hoy, la organización sindical, sólo se sabe que existe, cuando se avecina el cambio de la directiva que lo representa. Los trabajadores se sienten abandonados, han sido vulnerados en sus derechos y nada se ha hecho para resolverlos. El Instituto de Pensiones es un ejemplo.
Han sido muchos los sinsabores en las diversas dirigencias sindicales que han asumido la dirección sindical. Se ha llegado incluso a denunciar penalmente a algunos y han sido encarcelados. La corrupción se fue arraigando.
El manejo de las finanzas despertó las ambiciones de los dirigentes. La JAFE ha sido el área más solicitada porque desde ahí se trazan los sistemas de beneficio de quien comanda la organización. La inmoralidad administrativa de la JAFE se señala continuamente por los propios trabajadores sindicalizados.
Algunos titulares han salido de su gestión con vehículos y casas nuevas en fraccionamientos privados que difícilmente se podrían adquirir con el sueldo que perciben. Un exsecretario general del STASE, se dice, que adquirió casa en el conocido fraccionamiento de primer mundo “La “Primavera”.
El desfile de solicitantes para que sus plazas sean basificadas es alto en número. No solo no se les escucha, tampoco se les resuelve su aspiración de permanencia segura.
Se ha solapado que un número considerable de trabajadores que no son de confianza, permanezca por años sin que los incrementos salariales anuales se reflejen en sus salarios y prestaciones. Complicidad que degrada la calidad de los dirigentes en la defensa de los derechos de los trabajadores al servicio del estado.
Es inadmisible que el sindicato, se manifieste insensible ante un Instituto de Pensiones descapitalizado y no ejerzan acciones efectivas contra el gobierno del estado para que la capitalización del organismo de seguridad social de los trabajadores del estado sea una realidad.
El desvío de fondos millonarios que no llegaron al IPES con aportaciones de los trabajadores parece que los dirigentes lo olvidaron. ¿A quién benefició ese cuantioso dinero?
Hubo denuncias penales al parecer, pero los trabajadores continúan sin saber el destino de los mismos.
n la campaña de renovación de la actual dirigencia sindical, prometió resolver el problema y a unos cuantos meses de entregar su estafeta, al parecer prefirió darle la espalda al asunto que exponerse a ser regañada por el Gobernador o en el peor de los casos cesarla de su trabajo por su indisciplina.
¿Las basificaciones de trabajadores tienen cuota? Al parecer es algo lucrativa. Quizá Teresita Ochoa sabe del asunto pero prefiere voltearse para no darle la cara y se le complique sancionarlo.
Hay compadrazgos que le hacen daño. Su tiempo también lo dedican a seleccionar asuntos que pueden ser rentables a los intereses de algunos dirigentes. Los Abogados particulares afectados se quedan rechinando los dientes ante la impotencia de no poder revertir esos hechos.
La defensa de los trabajadores sigue siendo una asignatura pendiente. El gobierno está tranquilo, el sindicato no le representa ninguna preocupación.
Basificaciones, financiación del IPES, fondo de vivienda, entre otras prestaciones, son los retos futuros de la organización de trabajadores del estado.
Como colofón, deben ser más cuidadosos al momento de elegir a sus dirigentes, si quieren ver el nuevo resplandor de la organización a la que pertenecen. Un sindicato que nació fuerte pero que se menguó por la complicidad y la corrupción. ¿Su reivindicación será posible?