ACCIONES MILITARES. CIVILES EN RIESGO


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Ponen en riesgo la seguridad colectiva en la Iglesia del padre Cuco en las Quintas. Las fuerzas armadas no midieron los riesgos de su acción.

Si el convenio de Ginebra para la protección de civiles en caso de guerra es una norma vigente. En tiempos de paz, con mayor razón debe privilegiarse la más amplia protección a las personas como un derecho fundamental derivado de la Constitución Federal, como es el de la seguridad personal.

El muy difundido operativo realizado para la detención de un integrante del grupo delictivo de los “Salgueiro”, en un evento religioso que se llevaba a cabo en la Iglesia de las Quintas mejor conocida como la del “Padre Cuco”, no solo no fue lo más recomendable por el lugar elegido para la detención, sino que aun con lo exitoso del mismo es reprochable.

Que bien que les salió limpio el operativo a los militares. La detención fue cumplida. Un error en su ejecución pudo ser de funestas consecuencias. No por el riesgo de los facinerosos sino por los muchos civiles que había en el interior de la iglesia.

Si el detenido era un blanco importante, los soldados se expusieron a que sucediera en Culiacán, un hecho similar al ocurrido un mes de octubre del 2019 conocido como el culiacanazo.

En una acción policial se resguarda primero la seguridad de las personas que no tienen ninguna vinculación con el blanco perseguido. El comando militar debió tener toda la información de la seguridad que rodeaba al detenido. Evitar completamente la reacción delincuencial con el posible uso de armas y apartar de todo riesgo la vida de personas inocentes.

La ejecución del operativo llevó un nivel de riesgo muy elevado, toda falla en su realización pudo ser de fatales consecuencias. Un operativo policial no suele realizarse en áreas con presencia de civiles. La temeridad puede ser un error imperdonable.

Fue un operativo de guerra. Se apeló a la audacia del soldado. El lugar de los hechos y los numerosos civiles, recomendaba modificar el plan y llevar a cabo la detención en un lugar distinto. Las posibilidades estaban a favor del comando responsable.

El plan de acción en el operativo debió considerar puntos estratégicos distintos al del templo de la detención, para no poner en riesgo la misión encomendada. Ese tipo de delincuentes es gente organizada, listos a participar y armas suficientes para responder. le apuestan a la trifulca colectiva.

Esa es la gran diferencia entre el soldado y el policía civil. No son estrategias de guerra. La acción operativa realizada no era un campo de batalla. Debió privilegiarse la seguridad de los asistentes a la iglesia. Quien apadrinaba era un perseguido de la justicia aun así debió priorizarse la seguridad colectiva y que el blanco perseguido no se escabullera.

La inteligencia en el mando es una. La inteligencia derivada de la información obtenida es otra, ésta última ayuda a planear el operativo con seguridad y evitar posibles daños colaterales.

Del operativo no fue informado el Gobernador. Que mal no haberlo hecho, ya que si se hubiese originado algún enfrentamiento y ocasionado víctimas, el único responsable de los hechos hubiese sido el Ejecutivo Estatal.

No haberle informado al Secretario Estatal de Seguridad Pública, no extraña, el recuerdo del desastroso operativo del Culiacanazo, no tiene nada contentos a los mandos castrenses a los que pertenece. Se vio ridiculizada toda la estructura policial de Sinaloa, y de paso salpicó la investidura presidencial. Acción militar. Civiles en riesgo.

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