La estrategia ante abusos a menores de la Iglesia latinoamericana está basada en el ocultamiento, el miedo a desatar conflictos familiares y la vergüenza
FEBRERO 11, 2022.
Casi una década después de que el caso del sacerdote Fernando Karadima rompiera el tabú en Chile y espoleara la denuncia de abusos en países como Colombia, México, Nicaragua o Argentina, las víctimas se quejan de que el enorme poder que conserva la Iglesia Católica haya logrado consolidar el encubrimiento, diluir la presión mediática y social y ralentizar la vía judicial.
Una influencia política y social intimidatoria que se refleja en las cifras: pese a ser la región del planeta con mayor población católica y el escenario de algunos de los casos más famosos, Latinoamérica destaca también por ser la que tiene la menor tasa de denuncias -apenas un millar-, según estadísticas de la ONU.
Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Providencia, en Santiago de Chile.