LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE SINALOA ¿CORRUPCIÓN O PROVOCACIÓN?


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Jorge Luis Guevara Reynaga, nombrado por el Gobernador del Estado para hacerse cargo de la Rectoría de la Universidad Politécnica de Sinaloa, renuncia a los pocos días y delata irregularidades graves de corrupción.

Jueves 6 de enero de 2022.

La determinación de Guevara de renunciar al cargo de la manera en que fue conocido por todos no fue la más honesta de las decisiones. Debió enfrentar con honestidad institucional y personal las irregularidades que denunció y hacer uso de los mecanismos legales para solucionar los males encontrados.

El nombramiento concedido fue un acto de buena fe del Ejecutivo Estatal. Guevara y Rocha se conocen desde la Universidad Autónoma de Sinaloa, ambos fueron Rectores de dicha Casa de Estudios. Rocha Moya vio en Guevara el perfil adecuado para dirigir la Universidad Politécnica. Le quedó mal.
¿Que lo hizo actuar de la manera en que renunció Guevara Reynaga? ¿Diferencias políticas con Gobernador? La sospecha por ese motivo deberá desestimarse porque sino el Gobernador no lo hubiese considerado para el cargo. Justificar la renuncia aduciendo casos graves de corrupción, resulta inaceptable para una persona que ha vivido en espacios donde la honestidad no ha prevalecido, como en la Secretaría de Educación Pública Federal.
¿Recibió alguna indiferencia no tolerable en su condición de Rector por algún funcionario del Gobierno del Estado? Seis días de ejercicio rectoral no permite conocer de fondo la serie de irregularidades que encontró según él en la Universidad que tendría a su cargo.
En ese periodo en el que los trabajadores académicos y administrativos estaban en vísperas de iniciar su periodo vacacional, le impedía conocer de fondo la información necesaria para llevar a cabo un diagnóstico objetivo de las condiciones administrativas, académicas y financieras de la institución que dirigiría.
Su renuncia fue demasiado abrupta. Seguro que el Gobernador no lo esperaba. Guevara debió cumplir cuando menos con el compromiso institucional de informar primero al que lo nombró y le depositó la confianza, antes de hacer pública su decisión de separarse del cargo rectoral.
Debió explicar los motivos por los que no continuaría en el cargo. Seis días son insuficientes para sentarse en la silla rectoral, recopilar la información necesaria y enterarse de como encontraba la institución a su cargo. Debió dictar las medidas que se hubiesen requerido para reordenar el desaseo encontrado y presentar las denuncias respectivas o ¿fue un acto de provocación política?
Quiso exhibir al Gobernador en la forma de renunciar. ¿Publicitar la decisión de renunciar ante los medios de difusión es profesionalmente aceptable y ético? El motivo de su separación no es creíble por los motivos que anunció. Otros fueron los motivos que lo llevaron a dimitir.
Lo cierto es que aparece un hecho más en los que la Auditoría Superior del Estado y el Sistema Estatal Anticorrupción siguen callados, de lo mucho que se tiene que revisar de lo hecho en la administración anterior. Le han señalado innumerables actos de corrupción y el silencio sigue siendo el común denominador. La estafa maestra salpica a Sinaloa, y nos enteramos por renuncias provocadoras.
¿Usted qué opina?


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