Malestar social y grave impunidad lo que se hereda a la próxima administración gubernamental.
Conciliar el sentimiento de abandono en una sociedad que demanda seguridad personal y patrimonial, tendrá que ser materia de un programa de gobierno debidamente estructurado y que articule la participación social en aras de recuperar la salud de un tejido social que se deteriora cada vez más.
Se van los que tenían la obligación de investigar. Dejan manchas difíciles de erradicar. Transcurrieron más de cuatro años y la huella de la impunidad creció de manera exorbitante. La nueva administración deberá encargarse de limpiar y planchar lo que sigue dañando a la seguridad de los sinaloenses.
Debemos reconocer que el flagelo de la inseguridad es una tarea de inteligencia, de tenacidad, de valor, pero también de acciones integrales y coordinadas. Los mandos policiales deberán ser evaluados y determinar la conveniencia de que permanezcan en el cargo. Por cuestiones políticas, el Gobernador electo se verá obligado a ratificar no por la capacidad de los que se quedarían sino para conciliar decisiones que pueden ayudar a mantener presencia militar en la entidad. No es lo deseable, pero se considera conveniente.
Sociedad en movimiento es un imperativo. Empresarios, instituciones educativas, grupos organizados de la sociedad civil, iglesias y muchos más deben ser movilizados en un objetivo común. Sanear los hilos comunicantes de la inseguridad.
Convocar y reclutar a jóvenes interesados en ser policías y llevarlos a las instituciones de formación inicial, con beca atractiva, salarios y prestaciones dignas deberán estar en la agenda del Gobernador electo para construir una policía civil profesional y confiable.
El delito creció porque no se investigó. Brotes de corrupción se dieron por la ausencia en la fiscalización. Se denunciaron hechos y lejos de investigar el Fiscal se molestó. Se prefirió la oficina cómoda y evitar el calor en la calle y la impunidad se arraigó. Revertir el problema no será lo más sencillo, las carpetas de investigación serán abundantes y cada una representará un riesgo mayor.
Organizar la actividad investigadora del ministerio público, será un imperativo. Mucho rezago en homicidios, en robo y narcomenudeo, ¿iniciarán por ahí? Las carpetas de investigación esperan, se siguen amontonando, pero no avanzan. Tendrá que ser prioridad del nuevo Fiscal.
Se afirmó que la especialización en la investigación criminal era una realidad. ¿Un engaño más? Nombres en fachadas como agencias del ministerio público especializadas en alguna modalidad del crimen, no abate la impunidad. Es eso, un mensaje de pintura, pero no una realidad en los hechos.
Organizar a la policía investigadora no será una función sencilla. Vicios y compromisos por desterrar, todavía quedan muchos. Policías incumplidos y que dañan la institución deberán salir. El Fiscal prometió realizarlo, pero quizá le dio miedo y dejó que el problema lo siguiera.
Renovar el entusiasmo y la seguridad por cambiar. Es el aval que todo gobierno quiere. Formar liderazgos en seguridad no es tarea fácil. Conciliar el enojo social menos. Cruzada contra el crimen y la delincuencia es un nombre que hace mucho se utilizó (fui parte de él). Despertó interés y se avanzó.
¿Usted qué opina?
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