Aval sin reservas, fue el compromiso social al Presidente de la República para combatir la corrupción. Regresar la transparencia al gasto público, un imperativo impostergable.
Lunes 27 de septiembre de 2021.
Negocios de grupos ligados al poder político, fueron demasiados. Había que tomar medidas prontas y acabar con la corrupción. No fue fácil decidir, limitar o en algunos casos suprimir el gasto público en algunos programas sociales. La determinación fue brusca, muchos niños quedaron sin la protección del subsidio para medicamentos contra el cáncer o preservar las guarderías infantiles.
Que hubo mal uso en la aplicación del gasto, es lo que se ha dicho. Sin embargo, debió revisarse primero la gravedad del asunto y tomar las decisiones después. Mediatizar el problema no ha sido ni será la medida más favorable para remediar los males que pudieron existir.
El prisma nacional, tiene muchas aristas que atender. Las mañaneras deben ser utilizadas para informar y difundir los programas de mayor impacto social que se llevan a cabo, como el combate a la inseguridad, el impulso a la economía, mejor infraestructura hospitalaria y atención eficiente en el combate a la pandemia, mejor apoyo a la educación y a la investigación científica en la universidad pública, entre otros, cuyos beneficios permiten el bienestar general de la población.
Que hay y ha habido mal uso en la aplicación del presupuesto, sin duda que sí. Que el gobierno federal y los locales han sido corresponsables en la corrupción, también es cierto. Que las medidas para desterrar ese flagelo eran necesarias, también estamos en lo cierto.
Que haber iniciado en suprimir el subsidio a programas sociales como el de la adquisición de medicamentos para niños con cáncer o para apoyar las guarderías infantiles, pudo ser un error. El impacto social y mediático fue terriblemente perjudicial para muchos.
La corrupción en el manejo del gasto público ha sido aterradora por bastantes años. Abatirla durará bastante tiempo. Chispazos de fuego se ven por muchos lados todavía, los hábitos de la descomposición gubernamental se arraigaron por bastantes decenios.
Que se investigue la corrupción, lo vamos a aplaudir. Mediatizar la investigación la debemos repudiar. Si hay delito que perseguir que se investigue y se castigue. Quien lo comete puede ser un sicario, un empresario o un científico. La ley solo describe el castigo y le impone la pena. La autoridad deberá hacer lo suyo.
Por eso debemos decirle al Presidente que el método que se utiliza es lo que causa irritación social. Mediatizar un asunto por la comisión de un delito, hace que se pierda confianza y credibilidad en toda investigación criminal. Quizá sea más importante exhibir primero al presunto responsable, aunque no se le castigue después. Con su actuación, se pierde toda seriedad institucional en el combate a la corrupción.
El científico no usa armas de fuego, usa su inteligencia para crear y aportar a la ciencia. Que puede cometer delitos, no son la excepción. Que se tiene que castigar el mal uso de los dineros públicos destinados a la investigación científica, también habrá que hacerlo. Usted se perdió en el camino y juzga hechos que no son de la competencia suya. Influye en el poder de la Fiscalía General de la República, dificultando su libertad de acción, y destruyendo toda presunción de inocencia.
Sus intromisiones exponen a otros. Hoy alcanzó la dignidad de su esposa. La injuria que la ofendió, todos la debemos reprobar. Su calidad de madre, de ciudadana y de mujer, merece respeto. Ella no ordenó la investigación criminal. El cobarde oculto en la oscuridad que lo protege asestó el golpe pero que al final, seguros estamos, será castigado.
Reprocho al Presidente replicar las injurias y las ofensas recibidas por su esposa. No debió revictimizarla. Palabras de aliento pudo expresarle ante esas indignas expresiones.
¿Usted qué opina?