POCO QUE CELEBRAR Y MUCHO QUE REPROCHAR
Por: Roberto Montoya Martínez
Hace cosa de un mes, el canal principal de Televisa celebró siete décadas de transmisiones, lo cual debería ser un acontecimiento. Sin embargo, con el correr de los años, ha cimentado su prestigio en ser el canal del viejo sistema de gobierno, poner al aire programas de mala calidad, y seguir aferrados a un pasado que si fue glorioso, pero para los tiempos que vivimos, eso no solamente es horrible, es espantoso. Pongan ojo al parche.
XEW-TV surge como derivación de la exitosa radiodifusora XEW (la cual continúa en la actualidad emitiendo en AM y FM), emulando lo que las radiodifusoras estadounidenses, NBC y CBS hicieron con la llegada de la televisión.
Comenzó sus transmisiones el 21 de marzo de 1951, siendo apenas la segunda concesión de televisión en la República Mexicana, solamente precedido por el Canal 4 XHTV. La concesión fue para la empresa Televimex, propiedad de Emilio Azcarraga Vidaurreta.
La primera transmisión fue de un partido de béisbol desde el Parque Delta, posteriormente conocido como Parque del Seguro Social, en la Ciudad de México. En esa transmisión estuvo: Roberto De la Rosa (camarógrafo), Roberto Kenny (productor), Germán Adalid (asistente) y Pedro Septien ‘El mago’ (narración).
El canal inicialmente se aloja en Televicentro, muy cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México. A pesar de que el edificio de Televicentro se inauguró hasta el 12 de enero de 1952, el canal 2 inició transmisiones con las obras aún en desarrollo. La empresa General Electric aportó los técnicos que inicialmente pusieron en funcionamiento el canal de televisión.
En 1985 nace su nombre “El Canal de las Estrellas” por el repertorio de actores, actrices y celebridades que aparecían en el canal. En 1997 tras el fallecimiento de Emilio Azcarrága Milmo se realizaron varias reestructuraciones, y con estas, el cambio de la imagen del canal.
Para el mes de agosto de 2016 Televisa anuncia que se realizará una reestructuración en el canal, entre ello, un cambio en su nombre, donde el canal se denominaría ahora como Las Estrellas, y con ello un cambio de imagen y logotipo. Estos cambios vienen a la par con los anuncios anteriores sobre un cambio en la barra de noticias. El reestructuramiento se cumple el 22 de agosto del mismo año a las 02:20 h de México al iniciar el programa Veredicto final, para ese mismo día habrían diversos cambios, entre ellos, nuevos presentadores, nuevos programas y nuevo horario, todo esto junto al nuevo logo y nombre del canal.
Toda esa época bonita de programas se nos fue, lamentablemente se nos fue. Ahora producen novelas de tres pesos, noticieros que no informan y programas cuyos conceptos están desgastados, so pretexto de que según la empresa, eso quiere la gente. Lo que sí es una realidad es que el canal de Los estrellados ha chafeado mucho. Fue su desgracia haber contratado a Isaac Lee, quien sentó las bases de la austeridad republicana en la televisora, aunado a la conversión tecnológica, para la cual no estaban preparados. El recorte masivo de personal, y la desaparición de las exclusividades, fue la última gota para que las Estrellas produjera pura cutrez. A ellos les importa una pura y dos con sal el público joven, sabedores de que no son amantes de la TV abierta, con el atenuante de que tienen otras opciones. Para ellos, su público fiel con los boomers y los chiquirrucos, particularmente, los que se resisten a la tecnología. Esa ha sido la apuesta de Las Estrellas, que nomás por su soberbia, se da cada estrellón.
En el cumpleaños de LAS ESTRELLAS hay poco que celebrar y mucho que reprochar. Por mantenerse fiel a su público, programa novelas viejas, y como triste paradoja, tienen más rating que los bodrios que tiene al aire. Televisa debe poner más atención a sus frecuencias, que también tienen cosas que ofrecer, aunque sea películas viejas. El poner los huevos en una sola canasta, puede ser contraproducente. Aunque quiera limpiar su imagen ante los jóvenes, el canal dos es y seguirá siendo el último resquicio de la vieja forma de hacer televisión. Mientras no cambie su manera de ser, tendrá el estigma de ser el canal del viejo sistema. Cría fama y échate a dormir.