Militarizar la seguridad pública es una prioridad del Presiente de la República. Para lograr ese objetivo habría que reformar la Constitución Federal.
Crea recientemente la Comandancia General del Ejército y otorga poderes superiores al
Secretario de la Defensa Nacional. Crear el Estado Mayor Conjunto, no tendría mayores dificultades ya que se trataría de reorganizar las condiciones orgánicas bajo las que operan las fuerzas armadas.
La observación la tendríamos que hacer en cuanto a que en esa reestructura de las fuerzas armadas se involucra a la Guardia Nacional como parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. Desaparecería así, la policial civil nacional.
México sería un País en el que la seguridad pública estaría a cargo de la milicia y no en una corporación civil policial.
Los equilibrios en el ejercicio del poder armado se perderían ya que la totalidad de la fuerza armada y policial estaría a cargo del Titular del Ejecutivo Federal. Un poder absoluto dictatorial.
El Congreso Federal se instala el próximo primero de septiembre. La conformación de las fracciones políticas parlamentarias no lleva la mayoría calificada morenista. Tendría que haber negociaciones entre las diversas corrientes políticas representadas en el Congreso para poder visualizar una posible desaparición de la Guardia Nacional como policía civil.
No encuentro la razón para que el Ejecutivo Federal quiera llevar a cabo esa fusión de la Guardia Nacional con la SEDENA. Parece que comulgar con la legalidad le resulta difícil.
Sin embargo, en el voto de confianza otorgado por los partidos políticos en el Congreso, se reforma la Constitución Federal, para otorgar de manera temporal funciones de policía a las fuerzas armadas.
Poco después se descubrió el engaño en la promesa de crear una policía profesional, y con el más alto estándar de aceptación social, cuando decretó que conforme a las facultades concedidas en dicha reforma constitucional pretendió disponer de la totalidad de la fuerza armada militar para según él, enfrentar la inseguridad pública en el País. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, se lo impidió.
El malestar desde entonces ha sido implacable y sistemático en contra de los Jueces, Magistrados y Ministros del Poder Judicial de la Federación, calificándolos como parte de un Poder corrupto y putrefacto. El respeto entre los Poderes se pierde y nadie dice nada.
La soberbia en el ejercicio del poder político del Ejecutivo Federal, se acentúa cada vez más. Debemos estar alertas en los acuerdos al que puedan arribar los congresistas federales en la próxima legislatura. Rechacemos toda intención de militarizar la seguridad pública en el País. Que las fuerzas armadas sigan conservando las funciones originarias paras las que fueron creadas, porque no es lo mismo seguridad nacional y seguridad pública.
La defensa de nuestra Constitución Federal hoy más que nunca debe ser una prioridad.
Como ciudadano y como Abogado, hago un atento llamado a las organizaciones colegiadas y a la sociedad civil en general, para no permitir un ultraje a la constitución militarizando la seguridad pública. De militarizarse formalmente la Guardia Nacional,
correrían la misma suerte las policías de las entidades federativas y municipios ya que no tendrían competencia para prevenir el delito ni aplicar sanciones administrativas. El Bando de Policía y Gobierno se quitaría como parte de la facultad reglamentaria municipal.
El problema no es sencillo, se pondría en riesgo el sistema penal mexicano que podría colapsar. Los abrazos y no balazos no resuelven el problema de la criminalidad, por el contrario, lo están agravando. ¿Es el interés del Presidente que el descontento nacional se radicalice y sea el pretexto para militarizar la seguridad pública en su totalidad?
¿Usted qué opina?