La selección mexicana de Beisbol viaja al Japón, con equipaje lleno de ilusiones
= Republica Dominicana y Japón, primeros rivales.
= Solo seis equipos en el torneo olímpico.
= Complejo sistema de competencias en Tokio-2021
Jorge Luis Telles Salazar
El 28 del mes en curso, en el estadio Azuma de Fukushima, arrancará el torneo de beisbol, en el marco de los Juegos Olímpicos Tokio-2021, con la participación de solo seis selecciones nacionales: Estados Unidos, México, República Dominicana, Israel, Corea del Sur y México, por supuesto.
Japón, en su calidad de anfitrión, inaugurará el evento, al enfrentarse a un rival sumamente complicado: República Dominicana.
La última vez que el beisbol fue considerado para Olimpiada ocurrió en Beiging-2008. Estuvo ausente en Londres-2012 y en Río de Janeiro-2016. Y vuelve; pero se va: París-2024 no lo incluyó dentro de su programación.
De hecho, han sido muy pocas las olimpiadas con beisbol: Barcelona-1992; Atlanta-1996 y Atenas-2004. Esto, a pesar del auge que ha alcanzado este deporte en muchos confines del mundo.
Y hasta ahora, el gran ganador de medallas de oro es Cuba, con tres. Las tres primeras.
Estados Unidos se ciñó el olivo en 2 000 y Corea del Sur en Beiging.
Japón, en su tierra, se prepara paga adjudicarse la presea dorada; pero hay selecciones llenas de calidad como República Dominicana y Estados Unidos, cuyos planes incluyen escuchar el himno patrio en los desolados escenarios de Tokio-2021, al cabo de un complejo sistema de competencias ideado por el comité organizador, en aras de imprimirle un mayor atractivo al torneo.
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Y sí.
Un modelo de competencias que, en efecto, hace más atractivo el evento, desde el punto de vista de que suceda lo que suceda en la fase de grupos, vendrá una segunda en la que los seis equipos tendrán exactamente las mismas posibilidades de avanzar a las series de semifinales.
Veamos este complejo sistema:
Los equipos están divididos en dos grupos de tres: en el A, México, Japón y República Dominicana; en el B, Estados Unidos, Corea del Sur e Israel.
Cada representativo sostendrá dos juegos en la llamada fase de grupos y los seis calificarán a la siguiente ronda, que se desarrollará de la manera siguiente:
-Los ganadores del primer lugar de ambos grupos se enfrentarán entre sí; el ganador estará en semifinales.
-Ganadores del segundo sitio chocarán entre ellos, al igual que los ganadores del tercero. El que triunfe avanzará a la siguiente etapa; el que pierda todavía tendrá un nuevo chance, contra quien haya resultado victorioso del enfrentamiento entre los ocupantes de los dos primeros lugares, en la otra semifinal.
-Y de aquí, de todo este enredo, surgirán las selecciones que se disputarán las medallas de oro y plata y también la de bronce, en otro frente.
Y bueno, hasta donde se alcanza a comprender, pudiera darse el caso de que con solo una victoria, un equipo podría llegar hasta la gran final y pelear así por la medalla de oro.
Si, en efecto, está muy enredado; pero así lo armaron los japoneses.
Y así se quedará.
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Y bueno.
El debut de México, bajo la batuta de Benjamín Gil, se dará el 30 del presente mes, contra República Dominicana.
Y un segundo juego, el 31, frente a Japón.
Por un lado, una potencia mundial de este deporte, con una buena dosis de peloteros con etiqueta de Grandes Ligas. Por el otro, el anfitrión, obligadísimo a ganar.
Solo nos faltó Estados Unidos, para redondear el panorama.
México, suceda lo que acontezca estará en una segunda ronda, en la que, de ganar, avanzaría a semifinales y eventualmente al partido por la medalla dorada.
¿Dificil? Si. ¿Imposible? No.
El sistema, cierto, ofrece bondades; pero hasta cierto punto. A final de cuentas terminará por imponerse la calidad.
Benjamín Gil, el manager de México, viaja a Japón con el equipaje lleno de ilusiones y esperanzas. Confía Benjamín en un equipo en que figuran once peloteros de los Tomateros de Culiacán y en su perfil de manager triunfador.
¿Será eso suficiente?
Ya lo veremos.
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Y pues hasta aquí. Ya nos vamos. Cuídense mucho y Dios los bendiga.
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