PREFERENCIAS DEL MISMO GÉNERO. ¿MOTIVO DE CONFLICTO?


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Un tema de actualidad en Sinaloa, porque en si ya es muy viejo, es la aprobación en la Cámara de Diputados local, el matrimonio igualitario.


No quiero dar materia de conflicto, pero, así como somos respetuosos de las preferencias entre personas iguales, sin distinción de género, para que puedan unirse en convivencia.

Debimos ser cuidadosos en incorporar en la ley, el concepto de matrimonio. La figura del matrimonio vine desde muy atrás, de la antigua Roma. Se adoptó como la unión que se da entre un hombre y una mujer. Fue ideado para dar orden a la familia y definir los derechos y las obligaciones que se derivaría del mismo. Se fue perfeccionando
con otras figuras no menos importantes derivados del derecho familiar.

El amor entre personas del mismo sexo no es nuevo. Es algo que hemos venido viendo, cada quien, en su tiempo, de las relaciones que se mantenían en secreto, entre iguales.

El amor entre personas del mismo sexo no es nuevo. Es algo que hemos venido viendo, cada quien, en su tiempo, de las relaciones que se mantenían en secreto, entre iguales. La sociedad no ha sido ajena a ello.

La adopción del matrimonio no fue consensada socialmente. En mi opinión, no debió utilizarse el mismo concepto para la unión entre hombres y entre mujeres o entre un hombre y una mujer. La diferencia debió ser una obligada consecuencia. La del matrimonio, para seguir las reglas que tradicionalmente le fueron impuestas o sea para la
reproducción de la especie, premisa mayor. La de unión en convivencia, entre personas del mismo género.

Socialmente, no hay un rechazo general en las uniones del mismo género. ¿Pero si el matrimonio surge con esa finalidad ordenadora, porque no darle entonces una denominación más adecuada a la unión mencionada?

El tema es complejo. Es complejo porque dominó una corriente política feminista y la autoridad se dejó llevar por ese tipo de presiones para resolver la expedición de leyes que legalizaran ese tipo de uniones, con la figura del matrimonio.

Que es un concepto que se ha venido generalizando, no lo desconozco. ¿Pero con la obligación de aceptarlo? no, lo rechazo totalmente. Respetemos las uniones entre personas de un mismo género. Pero impóngase una denominación distinta a la del matrimonio, porque quiérase o no, las finalidades de ese tipo de uniones social y
biológicamente no podrán ser iguales, aunque la norma jurídica les atribuya condiciones iguales.

El tema es más político que científico y jurídico. Apelemos a la conciencia personal y social. No es motivo de fiesta creo yo, sino un momento de reflexión para resolver si lo que se ha hecho se apega a las normas de la moralidad jurídica, social y religiosa, por los estándares de vida que llevarán aparejados unos y otros.

Que bien que las sociedades avancen y vayan desterrando conceptos que en la opinión de algunos no deben seguir teniendo vigencia en la forma que fueron concebidos, como es el caso del matrimonio.

Que bien que se vayan incorporando otras formas de relacionarse socialmente, pero también debemos ser cuidadosos de establecer las diferencias entre condiciones que no podrán ser iguales como la unión entre hombres o entre solo mujeres. Unión de convivencia como inicialmente fue incorporada en algunos textos legislativos, no causó mayor diferencia entre el colectivo social.

La reacción que todavía causa furor es haber recurrido a la del matrimonio, sin ninguna distinción. Las corrientes políticas feministas, festejan el resultado, pero no comparten en el fondo que el matrimonio sea la solución.
¿Usted qué opina?


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