No hace mucho el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública informaba a pulmón abierto que Sinaloa se había convertido en uno de los Estados más seguros del País.
Martes 25 de mayo de 2021.
La crítica no esperó mucho y se le cuestionó a la dependencia estatal que diera cifras para conocer que en verdad se habían dado esos adelantos en el combate a la inseguridad.
Quieren forzosamente convencer a la sociedad que la inseguridad ha disminuido porque según ellos los homicidios van a la baja y creen que el problema de la inseguridad radica en ese delito. Creyeron que los lectores no son maliciosos y se les preguntó porque separaban de la estadística del homicidio el feminicidio que también es homicidio y las cuentas se les hicieron bolas.
La inseguridad sigue campeando en el territorio sinaloense, las estadísticas no combaten ese flagelo. No ha habido estrategias para combatirla en lo que va la administración estatal.
El Gobernador se empeñó en traer militares a los mandos de las instituciones de seguridad pública y todo se le revirtió porque la inseguridad se desbordó y la impunidad se arraigó.
Ayer lamentablemente cae abatido por las balas criminales el Director de la Policía Estatal Preventiva. Solo y al parecer sin escoltas. Sinaloa, no es para confiar. Los delincuentes están al asecho.
Llama la atención que el mando policial en un lugar altamente peligroso viajara solo y en vehículo sin blindaje. Su responsabilidad en la estructura de mando lo convertía en blanco de las armas homicidas.
Se viste de luto la policía de Sinaloa. Se lamenta su muerte. Los familiares, esposa e hijos lo lloran. ¿Se exige justicia, pero esos gritos harán mella en la fiscalía estatal para investigar de fondo y evitar que este homicidio pase a formar parte, como un hecho más, de la estadística criminal del Estado?
Está por finalizar la administración estatal y las condiciones de inseguridad prevalecerán. Quedarán presentes los discursos falaces de haber hecho los mejores esfuerzos para combatir la inseguridad y la impunidad.
Es un mensaje preocupante para los ahora candidatos, que la inseguridad no debe soslayarse y dedicarle mayor atención. Los sinaloenses exigen paz y tranquilidad porque ya basta de simulación gubernamental que solapa el abuso criminal.
Preocupó a los candidatos el homicidio en mención. Es un llamado de atención de la gran responsabilidad que asumirán. Programas de fondo se requieren para combatir la inseguridad. No es con más militares como lo deberán resolver, dignifiquen las instituciones policiales y la solución la tendrán. Que habrá crímenes, sin duda que así
será; que serán mucho menos, también será una realidad.
Un policía que cae es una ofensa no solo a la institución policial sino a la sociedad en general. Castigo a los agresores debe ser el común denominador. ¿Confianza en la investigación la tendremos todos?
Policía suficiente y eficiente. Civil, digna y profesional. Es el reto señores candidatos. Ustedes tendrán al final el veredicto social.