No se ha visto todavía cual será la estrategia de los candidatos para hacer frente a la inseguridad pública en Sinaloa. No han definido si continuarán con los errores del pasado de mantener la militarización de las instituciones de seguridad pública o restituir el mando civil en las mismas.
Militarizar no ha sido la solución, apostarle a la Guardia Nacional ha sido un total fracaso.
El gobierno del Estado tiene que implantar políticas públicas para que la seguridad en Sinaloa sea una realidad, sustentada en cambios reales y que socialmente tenga su aprobación.
Instituciones policiales formadas, bien pagadas y profesionales se pueden tener. Un programa integral de prevención del delito se puede diseñar y ponerlo a funcionar.
Voluntad política es lo que ha hecho falta, para crear confianza y promover la participación social.
Estructura física se tiene y de primer nivel. Échenle un vistazo al Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Pública y lo podrán corroborar. Que orgullo para Sinaloa, ver desfilar por sus aulas a los nuevos policías, investigadores, agentes del ministerio público y peritos.
El conocimiento, la sensibilidad en el trato social, la técnica y la ciencia aplicada al combate de la inseguridad y el destierro de la impunidad. Convertir la función policial y la procuración de justicia, en un servicio civil de carrera sólido, funcional y profesional es el reto que deberá asumir el gobierno por venir.
Una política pública de difusión que promueva de manera continua y permanente la función policial y exalte los valores de la profesión. Sinaloa podrá ser un modelo nacional que cambie para siempre el concepto social de rechazo al policía y le brinde confianza y aceptación.
Revisen salarios y prestaciones respetando siempre los niveles en la estructura y dignifiquen su equipamiento. Becas para sus hijos y vivienda digna para cada elemento y un fideicomiso para apoyar a las viudas en caso de muerte.
¿Será difícil instrumentar políticas públicas para instalar infraestructura laboral en los centros de ejecución de sentencias?, ¿celebrar alianzas con la iniciativa privada de Sinaloa no sería una opción? ¿Instalación de talleres para incentivar el trabajo del que compurga una pena para su reinserción social, será posible?
Siglo XXI y seguridad pública estancada. Desorden y muerte ha sido la constante. Gobiernos van y vienen, se comprometen y la situación no mejora. El reclamo social no ha sido atendido. Mucho se ha dicho que los compromisos contraídos con el gobernante no han hecho posible tener estructuras policiales dignas y profesionales.
¿Quién arribe al gobierno de Sinaloa fijará la línea entre al ayer y el futuro por vivir?
Ojalá escuchemos el firme compromiso de los candidatos que el destierro de la inseguridad y la impunidad en el Estado será una realidad. ¿Sueño o realidad?