El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, murió a los 99 años, así lo informó el Palacio de Buckingham. Esto luego de que hace unas semanas presentara serios problemas de salud y que incluso fuera hospitalizado. La noticia sobre el fallecimiento del duque de Edimburgo, quien estuvo casado 74 años con Isabel II, ha conmocionado al mundo. Te contamos lo que sabemos.
“Es con gran pesar que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado marido, Su Alteza Real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, señaló el Palacio de Buckingham.
De acuerdo con lo revelado, el príncipe murió de manera pacífica en el castillo de Windsor.
“Su Alteza Real murió pacíficamente esta mañana en el castillo de Windsor. Se harán nuevos anuncios a su debido momento”, agregó
En esta línea, el comunicado oficial señala que la Familia Real británica “se une a la gente en todo el mundo en llorar esta pérdida”.
El príncipe Felipe murió tras haberse convertido en el consorte monárquico más longevo de la Corona británica, con más de setenta años junto a la reina Isabel II.
El príncipe Felipe abandonó sus actividades oficiales en agosto de 2017, después de haber participado en más de 22 mil actos relacionados con su cargo de consorte desde 1952, cuando su esposa accedió al trono. Esporádicamente acompaña a la reina en alguna aparición pública.
En junio de 2017 el príncipe fue hospitalizado dos noches a causa de “una infección relacionada con una patología existente”. En 2018 fue operado de la cadera.
En enero de 2019 sufrió un fuerte accidente cuando su Land Rover chocó con otro vehículo que salía de un sendero de la propiedad real de Sandringham. El auto del príncipe volcó, pero Felipe salió indemne del percance y luego renunció a su permiso de conducir.
A finales de diciembre de ese año ingresó en el hospital King Edward VII y permaneció en observación “debido a problemas de salud preexistentes”, según el palacio.
Isabel, de 94 años, y su esposo recibieron en enero su primera inyección de la vacuna contra el coronavirus, en el castillo de Windsor, al oeste de Londres, donde siguen confinados.