El ex presidente de Brasil se pronunció después de que un juez de la Corte Suprema anulara las condenas de cárcel que pesaban en su contra y aseguró: “Sé que fui víctima de la mayor mentira jurídica en 500 años”
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva agradeció este miércoles la “solidaridad” del mandatario argentino, Alberto Fernández, el papa Francisco y otros líderes mundiales, en su primera aparición desde que fueron anuladas las condenas de cárcel que pesaban en su contra.
En su primer pronunciamiento en su nueva situación legal, Lula citó también en una larga lista de “agradecimientos” al ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, al ex mandatario boliviano Evo Morales y al Foro de San Pablo, que reúne a partidos de la izquierda latinoamericana.
De todos ellos, dijo haber recibido “constantes pruebas de solidaridad”, sobre todo durante los 580 días que pasó en la prisión por unas condenas que fueron anuladas el pasado lunes por un juez de la Corte Suprema, quien consideró que el tribunal que condenó a Lula no tenía competencia legal para juzgarlo.
Su primera mención fue para el presidente argentino, de quien dijo que en 2019 “tuvo la decencia y el coraje, como candidato a la presidencia de su país contra la extrema derecha”, de visitarlo en la celda que ocupaba en la sede de la Policía Federal en Curitiba.
“Le pedí que no diera entrevistas para no ser perjudicado por la derecha, pero me dijo: ‘Lula, no tengo problemas con lo que vayan a decir, porque yo sé que tú eres víctima de la mayor mentira vista en la política de América Latina’”, detalló.
También reveló que Fernández “fue el primero” que lo llamó por teléfono el pasado lunes, después de que el juez Edson Fachin, de la Corte Suprema, anuló todas las condenas a prisión en su contra y determinó que los juicios sean realizados nuevamente, pero en tribunales de Brasilia.
Sobre el papa Francisco, Lula recordó que, cuando estaba en la cárcel, “mandó una persona” a visitarlo con una carta y que luego lo recibió en el Vaticano, una vez que recuperó su libertad por un cambio de jurisprudencia en las normas que rigen la prisión de un condenado.
“El hecho de que el papa me recibiera en el Vaticano no fue para una larga conversación sobre mi caso, sino sobre la lucha contra la desigualdad, que es el mayor mal que existe hoy en el planeta Tierra”, afirmó Lula.
También expresó que fue “víctima de la mayor mentira jurídica en 500 años” de historia de Brasil. “Estaba seguro de que la verdad vencería y ese día llegó”, afirmó.
El ex mandatario aseguró que no guarda rencores a nadie, pero señaló que la “presión” judicial en su contra aceleró el accidente cardiovascular que acabó provocando la muerte de su esposa, Marisa Letícia Rocco.
También recordó que fue impedido por las autoridades de acudir al entierro de su hermano Genival Inácio da Silva, mientras estuvo en prisión.
“Si hay un brasileño que tiene razones de muchos y profundos rencores soy yo, pero no tengo porque el sufrimiento por el que está pasando el pueblo brasileño, las personas pobres en este país, es infinitamente mayor que cualquier crimen que cometieron contra mí”, manifestó Lula, en la sede del sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en San Pablo, su cuna política.
La anulación de sus condenas supone una victoria judicial sin precedentes para Lula, pues recupera sus derechos políticos y podría volver a ser candidato en las elecciones presidenciales de 2022, a las que pretende presentarse el actual mandatario, Jair Bolsonaro.
Fachin anuló en concreto cuatro procesos. En dos de ellos Lula fue condenado a penas que sumaban 26 años de prisión por delitos de corrupción, en el ámbito de la operación Lava Jato.
Foto del ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva dando una rueda de prensa en Sao Bernardo do Campo, cerca de San Pablo (REUTERS/Amanda Perobelli)
Lula llamó a “no seguir ninguna decisión imbécil” de Bolsonaro respecto a la pandemia
En otro orden, Lula urgió a los brasileños a “no seguir ninguna decisión imbécil” del presidente Jair Bolsonaro, un escéptico sobre las vacunas, para combatir la pandemia de coronavirus que ya mató a casi 270.000 personas en el país.
“Quiero hacer propaganda para que el pueblo brasileño no siga ninguna decisión imbécil del presidente de la República ni del Ministerio de Salud. Vacúnense, vacúnense porque esa es una de las cosas que pueden librarnos del COVID-19”, manifestó.
El ex mandatario de izquierda (2003-2010), de 75 años, anunció que tomaría la primera dosis de la vacuna la semana próxima y lamentó que “las muertes se estén naturalizando” en Brasil, fuertemente golpeado por la segunda ola de la pandemia.
“Muchas de esas muertes podrían haberse evitado, si tuviésemos un gobierno que hubiese hecho lo elemental”, prosiguió Lula en el acto.
“Lo primero que tendría que haberse hecho el año pasado era crear un comité de crisis” en participación de científicos, pero “teníamos un presidente que hablaba de cloroquina y de gripecita”, prosiguió, en referencia a declaraciones de Bolsonaro que minimizaban la pandemia y preconizaban el uso de medicamentos sin pruebas de eficacia contra la enfermedad.
“Este país no tiene gobierno, no tiene ministro de la Salud, no tiene ministro de Economía” y “por eso está empobrecido”, acusó Lula.