NO ME TOSA,YA SALDRÉ
Quien ha estado tirando la fiaca durante un año, el mismo en que estamos viviendo semi
confinados, es Adrián Uribe. Que sigue cobrando su dieta, cosa que Televisa lo tiene por
demás embravecido. Por tal motivo, no le piden, le exigen que se ponga a chambear, que
lo que cobra no es una dádiva. Que si no desquita su dieta, se va a la calle, pues ya o
piensan seguirlo aguantando. Pongan ojo al parche.
Después del tremebundo fracaso que resultó ser la moconovelas COMO TÚ NO HAY DOS,
la empresa mandó de vacaciones al comediante, pues como galán telenovelero es mejor
juez de reality shows. Producto de lo anterior, Adrián hizo la tarea con su novia, tan es así
que su nena es un bebé Covid. Dicha coyuntura ha sido el pretexto para esquivar el
llamado de la televisora, que puntualmente le paga su mesada. Durante los primeros
meses de su crío, Adrián les pidió chance y cedieron, pero la nena está por cumplir un año
y la compañía se está hartando.
Para contextualizar, este caballero es de los pocos
privilegiados en gozar de una exclusividad en el corporativo de San Ángel. Habiendo dicho
esto, la televisora no le pide, le exige a este mantenido que se ponga a trabajar, que el
covid no es pretexto para que esté de zángano en su casa. Para que desquite su mesada lo
pondrán a conducir a chaleco UN MINUTO PARA GANAR VIP, cosa a lo cual se niega. Loa
empresa se lo plantea al más puro estilo de Zen li Ye gon. O coopelas o cuello. Ahí es
donde la puerca tuerce el rabo. Poncho Aurelio tiene dos opciones: O vuelve a trabajar o
se pega un tiro, pero si se pega el tiro su viuda no podrá cobrar su exclusividad cuando no
esté. Así que mejor que se ponga a trabajar, si sabe lo que le conviene.
No me tosan, ya saldré. Es lo que Adrián Uribe les dice a los de Televisa, a los que por
cierto, ya les colmó el plato. Ya ni el neurótico de Eduardo Yáñez es tan problemático
como el comediante que cree en su mundo de fantasía que la televisora de Chapultetrepo
sigue en su época de bonanza, pero la cruel realidad, es que la cadena no siente lo duro,
sino lo tupido gracias a la pandemia.
Están por rozar la pobreza franciscana si no reciben el
apoyo de todos sus colaboradores, sobre todo, los que gozan de su exclusividad, que no es
nada barata. Se acabaron las vacaciones Vítor. En comer y rascar, el trabajo es empezar.