Ve y vende lo que tienes y sígueme.
OCTUBRE 13 de 2024
MR p. 440 [438] / Lecc. II p. 176. Semana IV del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 129, 3-4
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
Se dice Gloria.
PRIMERA LECTURA
[En comparación con la sabiduría, tuve en nada la riqueza.]
Del libro de la Sabiduría 7, 7-11
Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación con ella tuve en nada la riqueza. No se puede comparar con la piedra más preciosa, porque todo el oro, junto a ella, es un poco de arena y la plata es como lodo en su presencia. La tuve en más que la salud y la belleza; la preferí a la luz, porque su resplandor nunca se apaga. Todos los bienes me vinieron con ella; sus manos me trajeron riquezas incontables. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 89, 12-13. 14-15. 16-17
R. Sácianos, Señor, de tu misericordia.
Enséñanos a ver lo que es la vida, y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R. Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Alégranos ahora por los días y los años de males y congojas. R. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos puedan mirar tus obras y tu gloria. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R.
SEGUNDA LECTURA
[La palabra de Dios descubre los pensamientos e intenciones del corazón.]
De la carta a los hebreos 4, 12-13
Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R. Aleluya.
Lo que va entre […] puede suprimirse por razones pastorales.
EVANGELIO
Ve y vende lo que tienes y sígueme.
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?” Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre”.
Se dice Credo.ORACION DE LOS FIELES:
Llenos de confianza en el Señor, oremos por todos los hombres y por todas sus necesidades:
1. Para que Dios conceda el espíritu de paciencia y de caridad a los cristianos perseguidos por su nombre y los ayude a ser testigos fieles de su Evangelio, roguemos al Señor.
2. Para que Dios conceda prudencia y honradez a los gobernantes a fin de que logren mantenerse la armonía y la justicia en la sociedad, roguemos al Señor.
3. Para que el Señor bendiga los esfuerzos de los trabajadores y haga que la tierra dé frutos abundantes para todos, roguemos al Señor.
4. Para que Dios no permita que en la hora de nuestra muerte nos sintamos como arrancados de este mundo, sino que –confiados y con una gran paz– lleguemos a la vida feliz y eterna, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que juzgas las intenciones y los pensamientos del corazón, atraviesa nuestras entrañas con la espada de doble filo de tu Palabra, para que – iluminados por tu sabiduría y libres de la seducción de las riquezas– recibamos el ciento por uno y la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de tus fieles junto con estas ofrendas que te presentamos, para que, lo que celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 3, 2
Cuando el Señor se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.